Te acercamos herramientas de eficiencia
energética
para que puedas cuidar tu consumo.

Te acercamos herramientas de eficiencia
energética
para que puedas cuidar tu consumo.

 

Desarrollamos una herramienta digital innovadora para que puedas estimar cuánta energía consume tu hogar y conocer el monto estimado de tu factura mensual. 

El simulador te permitirá detectar qué artefactos están consumiendo más y tomar medidas para controlar tu consumo. Usar eficientemente la energía no implica privarnos de sus beneficios, sino ser responsables y no perder la oportunidad de cuidarla.
Con simples medidas cotidianas podemos controlar nuestro consumo de energía eléctrica y cuidar nuestro planeta.

Recomendaciones prácticas

para el uso eficiente de la energía

Recomendaciones prácticas

para el uso eficiente de la energía

  • Colocar los artefactos de modo tal que no reciban la luz directa del sol y de cualquier otra fuente de calor, como el horno.
  • No guardar alimentos calientes.
  • Regular el termostato del equipo según lo indique el fabricante, verificar que los burletes de las puertas cierren herméticamente.
  • No sobrecargar la heladera ya que demandará un esfuerzo y consumirá más energía. En el caso del freezer para optimizar su funcionamiento se sugiere colocar cubeteras y bolsas de hielo para llenar los espacios vacíos.
  • Limpiar las rejillas del condensador cada tres meses y descongelar la heladera cuando la capa de hielo del congelador supere el centímetro de grosor.
  • Aprovechar al máximo la luz del sol y encender las luces solo cuando sea necesario.
  • Los ambientes con paredes de colores claros requieren menor iluminación.
  • Apagar la luz cada vez que sale de una habitación y colocar fotocélulas para la iluminación externa.
  • Instalar lámparas de Led o de bajo consumo en los ambientes que más se utilizan.
  • Elegir la iluminación dirigida para la lectura o trabajos manuales.
  • Descongelar bien los alimentos para reducir el tiempo de cocción.
  • Usar ollas y sartenes adecuados al tamaño de la hornalla, preferentemente de fondo plano y a presión, y verificar que cierren bien las tapas para mantener el calor.
  • Encender la hornalla o el horno al momento de comenzar a cocinar, primero en temperatura alta y luego reducirla gradualmente hasta terminar, así se aprovecha el calor residual.
  • Revisar que la puerta del horno cierre bien.
  • Al comprar un equipo de aire acondicionado recordar que los tipo split son más eficientes y enfrían mejor con menos demanda energética.
  • Colocar el equipo en lugares sombreados, ya que si recibe la luz directa del sol aumentará su carga de trabajo y su consumo de energía.
  • Utilizarlo a una temperatura de 24 grados.
  • Limpiar periódicamente los filtros, un filtro sucio puede aumentar en un 10 % el consumo de energía.
  • Los ventiladores consumen una décima parte de la energía que consumen los equipos de aire acondicionado.
  • Elegir un termotanque de acuerdo al tamaño de la familia: 1 a 3 personas: 35 litros; 4 a 7 personas: 55 litros; 7 o más personas: 85 litros.
  • Instalar el termotanque cerca del lugar donde se usará el agua caliente, para desperdiciar menos calor en el recorrido de la tubería.
  • Graduar el termotanque en 50 grados y evitar la acumulación de sarro. Cuidar que no se produzca goteo en las canillas ya que se desperdicia agua y energía.
  • Antes de salir de vacaciones hay que desconectar el termotanque para evitar accidentes y ahorrar energía.
  • Las duchas eléctricas debidamente instaladas, ahorran más energía que un termotanque.
  • Acumular ropa hasta completar la carga del lavarropas y remojar la ropa con manchas para evitar lavados más prolongados o sucesivos.
  • Lavar con agua fría o tibia en vez de agua caliente, ahorra energía considerablemente en los lavados.
  • En días soleados secar la ropa al aire libre.
  • Instalar el secador eléctrico en un lugar donde circule aire, cargarlo aprovechando su capacidad justa y limpiar los filtros ya que las pelusas y suciedad aumentan su consumo de energía.
  • No secar ropa con la plancha. Planchar primero las telas que necesitan menos calor (seda, rayón, nylon, etc.) y de a poco subir la temperatura para las prendas de telas más fuertes (algodón, lona, lino, etc.).